En estos días de locura, desconocimiento, distanciamiento y prohibiciones varias, la calma es un lujo que no todos nos podemos dar. A veces es más fácil y otras es más difícil. Vamos por un río, que desemboca en un mar, ese mar en el que estamos todos en barcos distintos. Mi capitán, no estamos hundiendo. Muy bien, todos a meditar.
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