A veces la tristeza llega, como visita inesperada, y se queda, como visita indeseada. Dicen que los sentimientos no hay que sufrirlos, ni bloquearlos ni retenerlos. Hay que dejarlos pasar. Como los pensamientos en la meditación... que pasen como nubes mientras uno los observa.
Desde un punto de vista con poco conocimiento, el desapego suena horrible, desinteresado y a veces hiriente. Dónde está el error. Cuál es el problema.
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