martes, 10 de noviembre de 2020

Un brillo

 

En una plataforma encontraste un brillo. Una gota cristalina, reluciente. Te quedaste esperando más. Buscaste bajo las hojas, en las ramas, en la costa. Pero no había más que esa gota, tan esfera, tan perfección. Quisiste tomarla para compartirla, y con cuidado la llevaste hasta tu casa. Rodó por el piso, corriendo el riesgo de perderse, de ensuciarse. Dudaste si valía lo mismo. La levantaste, lustraste, mostraste.
Qué desgracia. A nadie le gusto tanto como a ella. Por lo tanto, no debo ser muy especial. Uno contra el mundo es lo mismo que nada. Me hubiera dejado donde estaba.
La luz de la gota se fue apagando suavemente hasta que en un momento se convirtió en un simple recuerdo de un charco seco que sería borrado con el próximo repasador.
 


 

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